Plegaria nocturna
Lista de las cosas que NO quiero:
1) Cambiar de almohada cuando tengo miedo y perder todas cuando no sé a dónde ir. Transpirar bajo las sábanas los deseos que no puedo cumplir despierta, mirando ojos, susurrando aunque sea algo de la verdad.
2) Ser dos partes de un ser que no se reconoce cuando el recipiente de la tierra clama y el aire de su cielo puja por un poder absoluto que debería compartir. Todo resulta en una anarquía alborotada y corrupta, que no se parece a mí, a mi forma de describir el universo.
3) Decir que sí dulcemente cuando en lo profundo hierven las fauces. Clavaría una lanza para delimitar mi territorio, mi lugar de conquista y de derrota auténtica. Mi ser salvaje me liberaría de esta necesidad de agradar para no acabar devorando todo aquello que no me gusta.
4) Reptar para seguir bajando y conocer los abismos del principio al fin, con el ondular sagrado y poderoso de mi cuerpo. Abatir la incapacidad de construir una escalera emplumada para poder volver o ir más allá. A veces siento el desangrar del roce de mi piel con la piedra escarpada del lugar más hondo, que no debería visitar sola.
5) Pasar esta noche con una lágrima en cada ojo y así poder gritar que la tristeza no es una solución para verse fuerte, y que me crean. Quiero saber temblar y mostrar cada una de los quebrantos que me hacen valiente. Y si se escapan, ya vendrá otro que sepa mirar mi pedacito de mundo como una delicia que a veces duele.
1) Cambiar de almohada cuando tengo miedo y perder todas cuando no sé a dónde ir. Transpirar bajo las sábanas los deseos que no puedo cumplir despierta, mirando ojos, susurrando aunque sea algo de la verdad.
2) Ser dos partes de un ser que no se reconoce cuando el recipiente de la tierra clama y el aire de su cielo puja por un poder absoluto que debería compartir. Todo resulta en una anarquía alborotada y corrupta, que no se parece a mí, a mi forma de describir el universo.
3) Decir que sí dulcemente cuando en lo profundo hierven las fauces. Clavaría una lanza para delimitar mi territorio, mi lugar de conquista y de derrota auténtica. Mi ser salvaje me liberaría de esta necesidad de agradar para no acabar devorando todo aquello que no me gusta.
4) Reptar para seguir bajando y conocer los abismos del principio al fin, con el ondular sagrado y poderoso de mi cuerpo. Abatir la incapacidad de construir una escalera emplumada para poder volver o ir más allá. A veces siento el desangrar del roce de mi piel con la piedra escarpada del lugar más hondo, que no debería visitar sola.
5) Pasar esta noche con una lágrima en cada ojo y así poder gritar que la tristeza no es una solución para verse fuerte, y que me crean. Quiero saber temblar y mostrar cada una de los quebrantos que me hacen valiente. Y si se escapan, ya vendrá otro que sepa mirar mi pedacito de mundo como una delicia que a veces duele.
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